Diego Ruiz Cortés nace el 16 de febrero de 1930 en La Puebla de Cazalla (Sevilla) en el seno de una familia humilde. Desde muy pequeño tuvo que alternar su educación con diferentes trabajos que sirvieran para ayudar económicamente a su familia, primero, y a sus estudios después. De aprendiz de carpintero y de herrero pasó a trabajar “en una tienda de esas de pueblo donde había de todo”, según sus propias palabras, y de botones en el hotel Alfonso XIII durante 20 años.
Desde una temprana edad, Diego sentirá un gran amor por el dibujo, pintando en cualquier parte, en las paredes de la casa, en cajas de cartón… Además, amigo desde siempre de los hermanos Moreno Galván, compartía con ellos largas charlas donde intercambiaban ideas y analizaban los trabajos que Diego iba realizando.
Será el propio Francisco Moreno Galván quien convenza a Diego para que solicite una beca al Ayuntamiento de La Puebla de Cazalla con el fin de estudiar Bellas Artes en Sevilla. Esta beca le fue concedida en 1946, y así comenzará sus estudios en Sevilla, en la Escuela de Artes y Oficios primero y, más tarde tras aprobar el examen de ingreso, en la Escuela Superior de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría.
Su obra, vinculada inicialmente con la tradición europea sobre todo al Postimpresionismo y Neoimpresionismo evolucionara al imprimir su propio sello personal alejándose de influencias externas. Cada vez se distanciará más de las formas oficiales que marcan las Academias, dejará de lado lo superfluo y lo anecdótico y se quedará con lo que él consideraba verdaderamente importante.
Durante su época de estudiante, y hasta finales de los sesenta, su pintura será figurativa predominado sobre todo, los paisajes rurales y urbanos de Sevilla, Huelva y Segovia. Estos paisajes serán concebidos con una gran sencillez, utilizando una línea oscura para limitar los contornos, línea que va a armonizar con agradables tonos amarillos, verdes y ocres.
Pero poco a poco, irá abandonando este lenguaje figurativo para inclinarse hacia uno cada vez más geométrico. Utilizará las matemáticas y las ciencias para construir formas a las que da vida y movimiento gracias a la luz y el color. Este cambio de rumbo coincidirá con el inicio de su carrera docente como profesor de Dibujo, primero, y como catedrático después, oficio que simultaneará con su pasión por la pintura hasta 1995, año en que se jubila como docente en el I.E.S. Virgen de Valme de Dos Hermanas.
Integrante de *El Club de La Rábida, del que surgirá la Joven Escuela Sevillana, Diego Ruiz Cortés es un ejemplo de investigador incansable, de inconformismo, de estudioso tenaz y de voluntad inquebrantable. Lejos de continuar con el camino marcado por la enseñanza reglada, siempre busca nuevos caminos, hace de su pintura la búsqueda de la síntesis y la depuración de las formas y del color.
En 1995 es homenajeado por partida doble, primero en su antiguo Instituto de Dos Hermanas, a la vez que el Ayuntamiento de la localidad realiza una exposición de su obra. En segundo lugar, La Puebla de Cazalla, su pueblo natal, muestra su obra en el Museo de Arte Contemporáneo José Mª Moreno Galván. Desde 1999, quince de sus obras se exponen en una torre dedicada a él en dicho Museo.
En el año 2007 con motivo de una retrospectiva de su obra presentada en la Casa de la Provincia, se le realizó su última entrevista. En ella afirmaba que, «soy un ermitaño de la pintura. Los artistas sí me conocen, pero mi obra está oculta en mi casa».
Hoy en día, la figura de Diego Ruiz Cortés está totalmente reconocida. Son numerosas las exposiciones y los homenajes que se realizan en su honor: Alcalá La Real, Real Academia de Bellas Artes de Granada, Galería Birimbao, Galería Félix Gómez, Fundación Aparejadores… Su labor investigadora dentro del campo pictórico continúa y como él mismo ha señalado: “Creo que estoy en un momento interesantísimo, muy dinámico en la pintura. Ahora incluso estoy saliendo de la geometría (…) estoy investigando en esa dirección”.
Diego Ruiz Cortés dejó de trabajar en mayo de 2009, pero en los dos últimos años había hecho más de doscientas obras. Falleció en Agosto del mismo año, en silencio, casi como vivió.